Tratemos de evitar discutir con nuestra pareja durante los primeros 30 minutos posteriores a habernos levantado de la cama. A pesar de que podemos sentirnos despiertos, lo cierto es que nuestro cerebro tarda en adaptarse a esta nueva situación y nos puede jugar alguna mala pasada, sobre todo si emprendemos una discusión con nuestra pareja en ese preciso instante.
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