Generalmente, los líderes son asociados a la fuerza, el poder y las grandes capacidades, y no a la debilidad ni la incapacidad de hacer algo. Quienes ven el hecho de que un directivo sea consciente de sus debilidades como un signo de falta de fortaleza y, por lo tanto, de menor capacidad para llevar a cabo su labor, encontrarán datos bien interesantes y sorprendentes en este estudio.
Un nuevo estudio llamado “When it comes to business leadership, nice guys finish first” (Cuando de liderazgo de negocios se trata, los chicos buenos llegan primero), realizado por la firma consultora Green Peak Partners y el School of Industrial and Labor Relations de Cornell University, reveló que los líderes que trabajan sobre la estrategia de conseguir resultados a toda costa son perjudiciales para las organizaciones, mientras que esos capaces de utilizar estrategias más blandas y de relacionarse bien con la gente terminan consiguiendo mejores resultados financieros.
El estudio examinó los estilos de liderazgo y diversos datos de 72 altos ejecutivos de empresas públicas y empresas patrocinadas por fondos privados.
Se concluye que para obtener mejores resultados en la parte financiera y en diversos aspectos de una organización, se necesitan directivos que se conozcan a sí mismos y sepan aceptar aquellas cosas que hacen menos bien que otras, así como líderes con habilidades interpersonales que puedan relacionarse bien con las demás personas y trabajar en equipo.
El hecho de que un directivo sea consciente y acepte que hay determinadas funciones que pueden resultar mejor desarrolladas cuando otro las realiza lleva, probablemente, a que este líder se rodee de personas y equipos con grandes e importantes capacidades que complementen sus conocimientos, haciendo que el resultado final sea mucho mejor.
Por el contrario, de acuerdo con el estudio, aquellos directivos arrogantes, tercos, impacientes y demasiados directos que exhiben el típico comportamiento amenazador tienden no solo a ser incompetentes, sino también a tener debilidades en la parte estratégica del intelecto.
Además, este tipo de líderes consiguen resultados financieros más pobres y obtienen calificaciones más bajas cuando se trata de inspirar a los demás, de gestionar el talento y de la perspicacia técnica y de los negocios.