Lo que a nosotros nos interesa es ayudarles a los más jóvenes a no tener problemas psicológicos, a ser libres del temor, la ansiedad y la crueldad, a ser solícitos y a que tengan generosidad y afecto. Esto es mucho más importante que imponerles conocimientos a sus mentes jóvenes. Lo cual no significa que el niño no deba aprender a leer, a escribir, etcétera, pero el acento recae sobre la libertad psicológica en lugar de sobre la adquisición de conocimientos, aunque ésta sea necesaria. Esta libertad no significa que el niño haga lo que quiera, sino que comprenda la naturaleza de sus reacciones y deseos.