octubre 09, 2009

Ejercicio: Transformar a nuestro crítico interno en un asesor interior


Un ejercicio de Jack Canfield


Para transformar a su crítico interno en un asesor interior, debe entender un principio básico. La mayor parte de la autocrítica y el autojuicio proviene del amor. Una parte de usted intenta motivar a la otra parte a que haga algo por su propio bien. Tal como lo hacen sus padres, su crítico interior, al criticarlo, realmente se preocupa por que usted haga lo que más le conviene.


Quiere que mejore porque desea que obtenga el beneficio de un mejor comportamiento. El problema es que sólo le dice parte de la verdad.


Cuando era pequeño, sus padres pueden haberle gritado y pueden haberlo enviado a su habitación por haber hecho algo tonto como atravesar la calle cuando venía un automóvil.

Su comunicación real fue: “Te amo. No quiero que te atropelle un automóvil. Quiero que te quedes por aquí para poder disfrutar viéndote crecer y convertirte en un adulto sano”.

Pero le dieron solamente la mitad del mensaje: “¿Qué te pasa? ¿No tienes cerebro? Deberías saber que uno no atraviesa la calle cuando vienen automóviles. No podrás salir de casa durante la próxima hora. Ve a tu habitación y piensa en lo que acabas de hacer”.

En su temor de perderlo, sólo expresaron su ira. Pero tras esa ira hay otras tres capas del mensaje que nunca entregaron: temor, pedidos específicos y amor.

El mensaje completo habría sido algo así:

Ira: Estoy disgustada contigo por atravesar la calle sin mirar para ver si venían automóviles.
Temor: Me da miedo que puedas resultar herido o que puedas morir. Solicitud: Quiero que prestes más atención cuando estés jugando en la calle. Detente y mira hacia ambos lados antes de atravesar.

Amor: Te quiero tanto: no sé qué haría si no te tuviera. Eres tan valioso para mí. Quiero que estés seguro y sano. Mereces divertirte y estar siempre seguro para disfrutar de la vida a plenitud. ¿Lo entiendes?

¡Que mensaje tan distinto!


Hay que saber entrenar al crítico interno para que nos hable en la misma forma.

Puede practicar esto por escrito o como un ejercicio verbal en donde usted habla consigo mismo en voz alta. Por lo general, me imagino hablándole a un clon mío que está sentado en una silla frente a mí.

Haga una lista de las cosas que quiere decir cuando se está juzgando. Incluya todas las cosas que se dice que debe hacer y que usted no hace.


Una lista típica podría ser algo así: No haces suficiente ejercicio. Estás engordando demasiado. Eres un gordo inactivo, ¡un verdadero montón de grasa! Bebes demasiado alcohol y comes demasiados dulces. Debes reducir los carbohidratos. Debes mirar menos televisión e irte a la cama más temprano. Si te levantaras temprano tendrías más tiempo para hacer ejercicio. ¡Eres perezoso! ¿Por qué no terminas lo que empiezas? ¡Siempre empiezas programas de ejercicios pero nunca perseveras! Eres irresponsable. Nunca cumples lo que prometes.


Cuando tenga su lista, practique cómo comunicar la misma información utilizando el mismo proceso de cuatro pasos que he indicado:

(1) ira: ..........................

(2) miedo: ..........................

(3) solicitudes: ..........................

(4) amor: ..........................

Dedique un mínimo de un minuto a cada paso. Asegúrese de ser muy específico en la etapa de las solicitudes. Diga exactamente lo que quiere decir. “Quiero que comas mejor,” es una frase muy vaga. Sea más específico, por ejemplo: “Quiero que comas al menos cuatro porciones de vegetales todos los días. Quiero que comas menos papas fritas y menos postres. Quiero que comas algún tipo de fruta en el desayuno todos los días. Quiero que comas granos enteros como trigo integral y arroz integral en lugar de harina de trigo”.


Entre más específico sea en la forma de expresarse, más efectivo será el ejercicio. Si lo hace en voz alta, cosa que recomiendo, hágalo con toda la emoción y la pasión posibles.


El siguiente es un ejemplo de lo que podría decir utilizando la lista de juicios ya indicada:

Ira: Estoy disgustado contigo por no cuidarte mejor. ¡Eres un perezoso! Bebes demasiado y comes demasiado. ¡No tienes autodisciplina! ¿Cuándo te vas a decidir? ¡Eres perezoso! No haces más que sentarte a mirar televisión. No soporto tu pereza. Estás engordando y perdiendo más la figura cada día. La ropa ya no te queda y no te ves bien. ¡Me desagradas!

Miedo: Si no cambias, tengo miedo de que sigas engordando hasta que esto se convierta en un verdadero riesgo para tu salud. Temo que tu colesterol va a llegar a un nivel tan alto que tal vez sufras un infarto. Me da miedo que puedas volverte diabético, Me da miedo que nunca vayas a cambiar y entonces vayas a morir joven y nunca vayas a vivir realmente tu destino. Si sigues así, nunca vas a alcanzar tus sueños. Me da miedo que si no cambias de dieta y comes mejor y empiezas a cuidarte más, nadie se vaya a sentir atraído hacia ti. Puedes terminar viviendo solo por el resto de tu vida.

Solicitud: Quiero que entres a un gimnasio y que vayas al menos tres veces por semana. Quiero que salgas a caminar durante veinte minutos los otros cuatro días. Quiero que disminuyas el tiempo que ves televisión y lo dediques a hacer ejercicio. Quiero que dejes de comer alimentos fritos y empieces a comer más fruta fresca y verduras. Quiero que dejes de tomar bebidas gaseosas y que tomes más agua. Quiero que limites tu consumo de alcohol a los viernes y los sábados en la noche.

Amor: Te amo. Quiero estar contigo por mucho tiempo. Quiero que tengas una maravillosa relación con tu pareja. Mereces lucir bien con tu ropa y sentirte bien con respecto a ti mismo. Mereces que todos tus sueños se conviertan en realidad. Quiero que te sientas vivo y con ánimo y no cansado y letárgico todo el tiempo. Tú mereces vivir una vida plena y disfrutar cada momento. Mereces ser absolutamente feliz. Siempre que escuche que una parte de usted está juzgándolo, sólo respóndale: “Gracias por preocuparte ¿De qué tienes miedo?.. ¿Qué quieres que haga específicamente?. . . ¿En qué me beneficiaría esto?... Gracias.”


No permita que la aparente simplicidad de esta técnica lo confunda. Es muy potente pero para poder obtener todos sus beneficios tiene que ponerla en práctica. Sólo usted puede hacerlo. Tómese veinte minutos ahora para convertir su crítico interno en un asesor interior, póngase completa e incondicionalmente de su parte, trabaje con usted mismo para lograr el mayor beneficio de sus sueños y aspiraciones.

octubre 02, 2009

Las Cinco Mentes del Futuro

Hijo de refugiados de la Alemania nazi, Howard Gardner es conocido en el ambiente de la educación por su teoría de las inteligencias múltiples, basada en que cada persona tiene —por lo menos— ocho inteligencias o habilidades cognoscitivas (musical, cinético-corporal, lógico-matemática, lingüística, espacial, interpersonal, intrapersonal y naturista).

Investigador de la Universidad de Harvard, tras años de estudio ha puesto en jaque todo el sistema de educación escolar en EE. UU.

Gardner, es codirector del Proyecto Zero en la Escuela Superior de Educación de Harvard, donde además se desempeña como profesor de educación y de psicología, y también profesor de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.

En 1983 presentó su teoría en el libro "Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences" y, en 1990, fue el primer estadounidense que recibió el Premio de Educación Grawmeyer de la Universidad de Louisville. En él critica la idea de la existencia de una sola inteligencia, a través de las pruebas psicométricas.

En la Introducción de su obra 'LAS CINCO MENTES DEL FUTURO', escribió:

"Hoy, después de dos guerras mundiales y una prolongada Guerra Fría, nos hemos embarcado en lo que bien puede ser el caso de globalización de más alcance. Según la describen periodistas, estudiosos y responsables políticos, la globalización actual presenta cuatro tendencias que no tienen precedentes:

1) el movimiento de capital y de otros instrumentos del mercado por todo el mundo, con un flujo virtualmente instantáneo de grandes cantidades cada día;

2) el flujo de seres humanos que atraviesan las fronteras, con cerca de 100 millones de inmigrantes en todo el mundo en cualquier momento dado;

3) el flujo de toda clase de datos a través del ciberespacio, con megabites de información de distinta fiabilidad disponibles para cualquier persona que tenga acceso a un ordenador;

4) el flujo instantáneo y casi invisible de la cultura popular a través de las fronteras en forma de modas, comidas y melodías que iguala cada vez más a los adolescentes de todo el mundo y que también parece provocar la convergencia de los gustos, las creencias y los valores de sus mayores".

Gardner plantea cinco mentes que a su juicio deberemos cultivar en el futuro.

"Cada una de ellas - escribió- se debe considerar un objetivo educativo: son las mentes que espero ver en mis hijos, en mis nietos, en sus descendientes y en sus compañeros. Creo que sabemos lo suficiente para desarrollar una educación capaz de crear personas como éstas y con estas mentalidades:

La mente disciplinada: La mente del futuro debe ser disciplinada en dos sentidos. En primer lugar, debe dominar las principales formas distintivas de pensar que ha creado el ser humano: la ciencia, las matemáticas y la tecnología, como se ha dicho antes, pero también el pensamiento histórico, artístico y filosófico. En segundo lugar, debe dominar diversas maneras de ampliar la propia formación durante toda la vida, de una forma regular y sistemática.

La mente sintética:Aunque la educación debe partir de las aptitudes básicas y las disciplinas tradicionales, no puede acabar ahí. Cuando nos encontremos ante una cantidad excesiva de información deberemos ser capaces de resumirla con precisión, sintetizarla de una forma productiva y hacer que nos sea útil. Este objetivo supone un pensamiento de carácter interdisciplinario, una forma de pensamiento poco comprendida pero cada vez más importante.

La mente creativa: En el futuro, prácticamente todo lo que esté regido por reglas se hará con mayor rapidez y precisión mediante el uso de ordenadores (en realidad, podría haber dicho «hoy» en lugar de «en el futuro»). Se tendrá en gran estima a las personas que puedan ir más allá de la síntesis disciplinaria e interdisciplinaria para descubrir nuevos fenómenos, nuevos problemas y nuevas preguntas y puedan contribuir a su resolución... por lo menos hasta que se presente el siguiente enigma.

La mente respetuosa: Siempre ha sido deseable educar a las personas para que por lo menos sean tolerantes con quienes tienen un aspecto diferente, actúan de una manera distinta y, quizá, son distintos a ellas. Puede que antes fuera posible encerrarse en uno mismo o dentro de las propias fronteras. Pero ya no es así. Si no podemos aprender a con vivir con los demás, el planeta pronto quedará despoblado. Y a menos que nos respetemos mutuamente y valoremos nuestras diferencias, lo máximo que podemos esperar es una paz precaria.

La mente ética: Más allá de un mundo que no se destruya existe el mundo en el que realmente nos gustaría vivir. Este mundo está habitado por personas honradas, consideradas y constructivas, dispuestas a sacrificar sus propios intereses en favor de las necesidades y los deseos de la comunidad. El respeto se da entre las personas; la ética se ocupa de la forma de la sociedad. Debemos educar —y, en el fondo, inspirar— a los jóvenes para que deseen vivir en un mundo mar cado por la integridad y guiado por el desinterés, y para que estén dispuestos a asumir la responsabilidad de lograr este objetivo.

Cada una de estas mentes es difícil de lograr, y nadie sabe con exactitud cómo desarrollar una educación que produzca personas disciplinadas, sintetizadoras, creativas, respetuosas y éticas.

Creo que la supervivencia de nuestro planeta puede depender del cultivo de estas cinco mentes.

Pero también creo firmemente que estas facultades se deberían justificar desde un punto de vista que no fuera instrumental.

Como especie, los seres humanos poseemos un asombroso potencial positivo y la historia está repleta de personas que ejemplifican una o más de estas formas de mentalidad: la disciplina de John Keats o de Marie Curie; la capacidad de síntesis de Aristóteles o de Goethe; la creatividad de Martha Graham o de Pablo Picasso; el ejemplo de respeto y consideración de quienes protegieron a ciudadanas judíos durante la Segunda Guerra Mundial o han tomado parte en comisiones de la verdad y la reconciliación durante la última década; los ejemplos éticos de la ecóloga Rachel Carson, que nos alertó de los peligros de los pesticidas, y del estadista Jean Monnet, que ayudó a que Europa abandonara su actitud beligerante y desarrollara unas instituciones pacíficas.

La educación para el futuro deberá ayudar a más personas a comprender las mejores cualidades de los mejores seres humanos.

Miedo




¡PIU AVANTI!
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y acomete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua, y no la implora...
¡Que muerda y vocifere vengadora
ya rodando en el polvo, tu cabeza!

Almafuerte